Higiene y asma no casan
Paradoja. La hiperprotección de la población infantil frente a los microorganismos está volviendo a los niños más vulnerables a enfermedades como el asma.
La protección farmacológica y la profilaxis generalizada en las sociedades occidentales vienen poniendo a raya desde hace décadas enfermedades en otras épocas letales que diezmaban a la población.
Pero esa asepsia está, al mismo tiempo, volviendo más vulnerables a millones de personas desde su nacimiento frente a otras patologías como las enfermedades alérgicas.
Una de las más extendidas, y que se declara enmuchos casos en la infancia, el asma, está ampliando su prevalencia a cuenta de ese exhaustivo control frente a la acción de microorganismos.
"Es la hipótesis de la higiene", explica Dara Martínez, doctora especialista del Servicio de Alergología del Hospital Univesitario Insular de Gran Canaria, para abundar en una idea que cada vezmás certifican investigaciones médicas. La última, la realizada por la Escuela deMedicina de Harvard en Boston (Estados
Unidos) junto a las universidades de Tsukuba (Japón) y Birmingham (Reino Unido), publicada recientemente en la revista The Journal of Clinical Investigation.
Este estudio concluye que los enfermos de asma se han incrementado en las últimas décadas fundamentalmente por una menor exposición en la infancia a los microorganismos.
Respuesta inmunitaria
La hipótesis de la higiene, básicamente, remite a las defensas del organismo implicadas en los procesos alérgicos. "Esa teoría defiende que estamos cambiando el sistema inmunitario con un aumento de la población de linfocitos", añade Martínez, un tipo de leucocitos o glóbulos blancos que son los encargados de la protección del organismo frente a las diferentes enfermedades.
Estas células sanguíneas, encargadas de la respuesta inmunitaria, trabajan para contrarrestar infecciones y desórdenes que causan los agentes patógenos.
El aumento de los glóbulos blancos del tipo TH2 es el que produce los síntomas de las enfermedades alérgicas, según explica la especialista del hospital gran canario.
La sensibilidad es la clave
Una respuesta inmunológica o defensiva a sustancias que no provocan reacciones adversas en la mayoría de las personas pero para las que el individuo alérgico está predispuesto y sensibilizado por razones genéticas o ambientales.
La nueva investigación de científicos estadounidenses, japoneses y británicos viene a sumarse a los trabajos desarrollados en los últimos años. "Hay literatura científica desde hace dos o tres décadas que corrobora esa hipótesis", recuerda Dara Martínez.
Pero el aumento de la protección frente a los organismos no sólo potencia la probabilidad de que más personas enfermen de asma, desde la etapa infantil o durante la vida de adulto. "Esta hiperprotección estaría incidiendo en el incremento de otro tipo de patologías alérgicas", señala la especialista.
De hecho, los expertos apuntan a la rinitis, una enfermedad que también puede desembocar, en la vida adulta, en la patología asmática. Y, al mismo tiempo, reconocen que la prevalencia de esta enfermedad está ampliándose por otros factores ambientales.
"El asma tiene en la predisposición genética uno de sus orígenes, pero también hay que tener en cuenta el factor climático" subraya la especialista del hospital grancanario.
La comunidad autónoma isleña es una de las dos del país, junto a la de Castilla-La Mancha, con mayor población de asmáticos según el informe Alergológica 2005, el último estudio epidemiológico realizado por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, son asmáticos.
Diagnóstico temprano
"Eso es bastante", señala la doctora Martínez, quien pone el acento además en la circunstancia de que la declaración de la enfermedad en la etapa infantil cada vez se anticipa más. "Vienen con 3 ó 4 años a la consulta y precisan tratamiento. Antes se detectaban cuadros de infecciones estacionales, que no precisaban terapia todo el año".
La genética y la asepsia tienen mucho que ver en la tendencia que han detectado estos hallazgos. La higiene incluye, según Martínez, la vacunación desde bebés contra muchas patologías que antes hasta podían ser letales y que, paradójicamente, están haciendo menos fuerte el sistema inmunitario.
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