10/10/14

Los científicos comienzan a desvelar los misterios del asma *


Los científicos comienzan a desvelar los misterios del asma

Los investigadores están haciendo nuevos descubrimientos interesantes sobre un tipo de asma particularmente confuso.

Los médicos han descubierto que hasta la mitad de las personas con asma tienen una forma de la enfermedad pulmonar conocida como asma no alérgica. Algunas medicinas que ayudan a controlar los síntomas del asma alérgica más común no son tan eficaces con los pacientes no alérgicos.

Aún hay mucho que no se comprende sobre el asma alérgica, causada por una repuesta hiperactiva del sistema inmunológico del cuerpo a los alimentos, el polen y otros alergénicos. Pero es incluso más misteriosa la causa del asma no alérgica, que no conlleva una respuesta del sistema inmunológico. Los síntomas de ambas formas de la condición normalmente incluyen el bloqueo de los conductos de ventilación, sibilancia y tos.

Los investigadores también siguen descubriendo sustancias en el ambiente que parecen aumentar el riesgo de desarrollar asma. Uno de los últimos estudios, del centro médico de la Universidad de Columbia en Nueva York, descubrió una asociación entre los niveles de asma y los ftalatos, químicos empleados en muchos productos de plástico que han aumentado las preocupaciones de salud.

La búsqueda científica de las causas del asma refleja preocupación sobre el desconcertante aumento en las tasas de la enfermedad. En Estados Unidos, el porcentaje de la población diagnosticada se incrementó en 2010 a 8,4% —o más de 25 millones de adultos y niños— desde 5,5% en 1996, según los datos más recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés). Unas 1,8 millones de personas visitaron el departamento de emergencia de un hospital en 2010 para recibir tratamientos vinculados al asma.

Los científicos que estudian el asma no alérgica indican que una mayor comprensión de las vías moleculares en esta forma de la enfermedad podría conducir a nuevos blancos para el desarrollo de medicamentos.

Stefan Worgall, jefe de la división de neumología, alergia e inmunología pediátrica en Weill Cornell Medical College, y sus colegas recientemente descubrieron que cuando un tipo de grasa que ocurre de manera normal, llamada esfingolípido, no está integrada de manera adecuada en las membranas de las células de los pulmones de ratones, las vías de ventilación se estrechan.

En un experimento relacionado, proporcionaron un medicamento para inhibir la producción de esfingolípidos en tejidos tomados de un pulmón humano saludable. El tejido mostró el mismo tipo de restricción que se veía en los ratones, halló el estudio. El informe fue publicado el año pasado en la revista académica Science Translational Medicine.

Worgall dice que el hallazgo podría ayudar a explicar por qué la obesidad es un factor de riesgo para el asma. La gente obesa tiende a exhibir anormalidades en los esfingolípidos, dice.

Actualmente, Worgall y su equipo están midiendo los niveles de esfingolípidos en la sangre y el aliento de niños asmáticos. Los hallazgos iniciales sugieren que los niveles parecen anormales, apunta.

Jeroen Douwes, director del centro de investigación de salud pública, en la Universidad de Massey en Nueva Zelanda, cree que los pacientes de asma no alérgica podrían tener nervios particularmente sensibles en los pulmones que le indican al cerebro a un umbral menor de lo normal que hay una sustancia nociva en el aire y que los conductos de ventilación tienen que estrecharse.

Algunos estudios previos sugieren que algunos asmáticos tienen una respuesta neural no apropiada, que podría traducirse en una mayor sensibilidad, anota Douwes. Por el momento está analizando muestras de estudios anteriores de niños que son monitoreados desde su nacimiento en busca de síntomas de asma y alergia para encontrar evidencia de activación neuronal.

Una vía neuronal híper sensible podría ayudar a explicar misterios como por que el polvo o el polen pueden provocar un ataque asmático sin causar una reacción alérgica y porque se ha visto que el estrés puede provocar ataques en ciertas personas, explica Douwes.

No todos los asmáticos responden a las medicinas tradicionales para el asma. Los corticosteroides, como prednisone, normalmente se aplican con un inhalador y de otras formas para prevenir ataques asmáticos. El medicamento generalmente es eficaz en personas con asma alérgica ya que apaga la respuesta inmunológica del cuerpo a un alergénico. Las personas con asma no alérgica a menudo reciben un menor alivio de los corticosteroides. En lugar, estos pacientes podrían recibir otro tipo de medicamento llamado beta-agonista, como albuterol y levalbuterol, que funciona en base a relajar los músculos del pulmón.

Douwes anota que los profesionales médicos también han hallado que la gente con asma no alérgica parece responder bien a los medicamentos anticolinérgicos, que atacan las vías neuronales. Entre estas medicinas se encuentran Atrovent y Oxivent.

“Esto significa que hemos recibido otra potencial medicina que podría usarse, particularmente para aquellas personas asmáticas para las que el tratamiento tradicional no es tan eficaz como podría ser”, apunta.

Los factores ambientales se encuentran entre los casos más estudiados para ambos tipos de asma. En un estudio reciente de ftalatos, los investigadores estudiaron a 300 mujeres y sus hijos que habitan en los barrios pobres de Nueva York, en donde los niveles de asma son relativamente altos. El estudio midió los niveles de ftalatos en la orina de las mujeres durante el embarazo y en los niños en las edades de 3, 5 y 7 años.

Después de tomar en cuenta otros factores de riesgo, como madres que fumaban, los investigadores encontraron niveles significativamente más altos de asma entre niños cuyas madres tenían los mayores niveles de ftalatos durante el embarazo, anota Rachel Miller, coautora del estudio y alergista, neumóloga y profesora de ciencias ambientales de salud en el centro médico de la Universidad de Columbia.

Pero no había correlación entre el asma y la propia exposición de los hijos a los ftalatos en los primeros años después de nacer, según el estudio que fue publicado en la revista académica Environmental Health Perspectives en septiembre.

“Se da por hecho que el periodo prenatal es el más periodo más susceptible (para la enfermedad), incluyendo el desarrollo pulmonar”, anota Robin Whyatt, coautor del estudio y profesor de ciencias de salud ambiental en la Universidad de Columbia. Los investigadores advirtieron que aunque el estudio halló una asociación entre ftalatos y asma, esto no probaba causalidad.

El hallazgo es “potencialmente muy importante ya que la exposición a los ftalatos está extendida”, anota Neil Pearce, profesor de epidemiología y bioestadística en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, que estudia el asma pero que no participó en el estudio de los ftalatos.

CDC dice que la gente está ampliamente expuesta a ftalatos pero que el impacto del químico en la salud humana no se conoce y que necesita mayor investigación. Se ha descubierto que los ftalatos afectan el sistema reproductivo de animales de laboratorio, según CDC.

Los ftalatos, que hace los plásticos flexibles, entre otras funciones, se hallan en muchos productos del hogar desde pisos de vinilo hasta ciertos tipos de contenedores de plástico para alimentos y velas aromáticas, más no se publican en las etiquetas. Whyatt dice que para minimizar la exposición a ftalatos, la gente no debería meter contenedores de plástico en el microondas y debería almacenar alimentos en vidrio, en lugar de plástico.

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